viernes, 11 de abril de 2014

¿Hola?

Empiezo dedicando un ¿Hola?, y sí, está en forma interrogativa. Aún me pregunto a estas alturas miles de cosas, y en un tiempo muchas de mis dudas habrán quedado cubiertas por una amplia gama de respuestas, pero otras, otras seguirán dejando una profunda lejanía con las respuestas que van ligadas, o deberían ir, ligadas a ellas.

El fin de esto, de una página que apenas será leída, y que si lo es no tendrá éxito alguno, es eso a lo que yo llamo libertad. Libertad. Sí, eso es, libertad. Tal vez algunos o algunas penseis que esa palabra queda algo grande, porque, ¿Qué es esto para vosotros? Una página cualquiera, unos textos cualquiera, unos textos cualquiera de una niña/adolescente/chica/mujer mediocre. Y no os equivocareis al pensar de esa manera, pero eso no quita que esto siga aportandome esa libertad, esa pequeña, esa gran libertad. 
Si estoy aquí es por esto, porque escribir es libertad, porque escribiendo puedo sentirme bien, y os aseguro que pocas veces puedo decir tan abiertamente y de forma tan sincera que 'puedo sentirme bien'. 
No sé quién me está leyendo,  no sé quién eres tú, no sé por qué me lees, no sé si esto te satisface; pero a mí sí, y de eso va la cosa. 

A estas horas, casi la una de la madrugada apróximadamente, escribo. Ahora soy yo la que está dispuesta a escribir en frente de una pantalla, no es la vida la que me escribe, ni vosotros, soy yo, rota y fragmentada, con ganas de reconstruir los pedazos que se me han caído por el camino, esperando nada, sintiendo demasiado (aunque deseando sentir poco), bailando al compás de un corazón que lo resiste todo (aunque a veces poco resista, pero ahí está), soportando lo insoportable (aún siendo más que insoportable), enamorándose de los momentos, paisajes, situaciones y de personas que me huyen.
Soy yo. Ella, la chica a la que no conoces, esa con la que hablas pero no conoces nada, esa de la que no sabes ni la mitad, esa que se esconde bajo unos auriculares color negro oscuro y llena de música un cerebro que siente, esa a la que no vas a conocer. 

He empezado con un, ¿Hola? y terminaré con un ¿Adiós?, que esta vez va con interrogantes a ambos lados dando señal de que esto no ha terminado. No, aún tengo mucho que daros por culo antes de terminar con esto.

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