lunes, 28 de julio de 2014

18.

A veces me siento sola, y me dí cuenta no hace mucho. Me siento más sola cuando tengo los ojos abiertos y me da tiempo a pensar en lo sola que me siento. Cuando cae la noche vuelve a ocurrirme. Si estoy con gente esa sensación incrementa y se acelera, y si no estoy con nadie dejo de sentirme como una humana para pasar a sentirme como un conjunto de sentimientos sin un cuerpo que los exteriorice. A veces la soledad se traslada a los sueños que tengo mientras duermo, y despierto acalorada dudando por unos instantes que la soledad solo estaba en esos sueños, que no eran la realidad, y si me convenciera de ello estaría engañándome a mí misma. No me gusta caminar sin música en mis oídos, ni si quiera estando en casa, ya que por lo menos esta consigue darme un abrigo; hasta que llega el verano, en verano no se lleva abrigo.
Veo a las personas y sé que sus pieles, sus capas más externas, no me dicen nada que yo no sepa. Visualizo en mi mente un ente que convierte sus superficies en algo místico, casi irreal, una conexión que es tangible en el ambiente aunque no se pueda tocar con las yemas de los dedos. Es el momento en el que nuestro verdadero 'yo' sale a la luz y da señales de que está ahí, de que el vacío aparece cuando dejas de buscarte. Y puedes conectar con ellos, sin embargo, la gente que está a tu alrededor se da cuenta, y te miran, te buscan, pero no logran conectar contigo. Porque te sientes solo, y sea lo que sea que hagas, en ti solo se aprecia eso, la soledad.



jueves, 3 de julio de 2014

XVII.

La verdad promete mentiras. Bastas promesas falsas cuyo único lugar límite, cuya zona límite es eso, un fin, un nuevo comienzo, un hasta aquí, un ya se acabó; la muerte. 
E incluso, la misma es capaz de dar rienda suelta a las 'mensonge' que vuelan despedidas por la atmósfera de la injusticia. 

Injustos los sonoros cantos de los pájaros que despiertan a sus presas. 
Injustos los lloros de las nubes cuando el sol está triste.
Injusto el viento que tumba las hojas de los árboles.
Injusto el tiempo que se marcha. 
Injusto el rico y el mendigo. 
Injustos nosotros. 
Injusta yo. 

El planteamiento de la verdad es muchas veces mentira ,y, lo que creemos cierto es muchas veces incierto. 


Justos los sonoros cantos de los pájaros que han de alimentar a sus crías. 
Justos los lloros de las nubes cuando las tierras resisten. 
Justo el viento que tumba las hojas muertas. 
Justo el tiempo que tiene afán de cambio. 
Justo que el rico sufra lo que el mendigo. 
Justos nosotros. 
Justa yo. 


Pero la verdad es mentira, porque la verdad no existe. Al igual que no hay ni buenos ni malos, la verdad está ahí, en forma de magnitud inexacta.
Como los cantos de los pájaros, como la lluvia, como el otoño, como el tiempo, como la sociedad, como nosotros, como yo. 


La verdad es mentira, por eso tú has sido mi verdad favorita. 









          -Benavente.