jueves, 3 de julio de 2014

XVII.

La verdad promete mentiras. Bastas promesas falsas cuyo único lugar límite, cuya zona límite es eso, un fin, un nuevo comienzo, un hasta aquí, un ya se acabó; la muerte. 
E incluso, la misma es capaz de dar rienda suelta a las 'mensonge' que vuelan despedidas por la atmósfera de la injusticia. 

Injustos los sonoros cantos de los pájaros que despiertan a sus presas. 
Injustos los lloros de las nubes cuando el sol está triste.
Injusto el viento que tumba las hojas de los árboles.
Injusto el tiempo que se marcha. 
Injusto el rico y el mendigo. 
Injustos nosotros. 
Injusta yo. 

El planteamiento de la verdad es muchas veces mentira ,y, lo que creemos cierto es muchas veces incierto. 


Justos los sonoros cantos de los pájaros que han de alimentar a sus crías. 
Justos los lloros de las nubes cuando las tierras resisten. 
Justo el viento que tumba las hojas muertas. 
Justo el tiempo que tiene afán de cambio. 
Justo que el rico sufra lo que el mendigo. 
Justos nosotros. 
Justa yo. 


Pero la verdad es mentira, porque la verdad no existe. Al igual que no hay ni buenos ni malos, la verdad está ahí, en forma de magnitud inexacta.
Como los cantos de los pájaros, como la lluvia, como el otoño, como el tiempo, como la sociedad, como nosotros, como yo. 


La verdad es mentira, por eso tú has sido mi verdad favorita. 









          -Benavente.

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