miércoles, 28 de mayo de 2014

10.

Encontrarse cada noche con 

nuestro amigo clandestino, 


llorar por la pérdida si se va


al amanecer,


y si las madrugadas son de


un fino lino, 


el niño desaparece a
unque 


tú lo puedas ver.





Me encontré con el odio, y lo saludé mientras me iba. 

Iba de camino a un lugar llamado ira.


Irá a llorar él, ahora que me arropa la brisa.








-Benavente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario