miércoles, 28 de mayo de 2014

8.

Ya allá a las doce y pico de la madrugada, en medio de una noche dónde las farolas lucen arbitrariamente, me encuentro aquí, o tal vez allá. 
Las calles humedecidas dejan entrever el reflejo de los coches que se encuentran con el asfalto. El agua salpica, y ni sus gotas cubren la fragilidad de los días; ni de las noches como esta.

Las cartas reemplazan la compañía de un amigo, el alcohol y la droga se unen a mi particular fiesta dónde la luna es testigo. 
Y dibújame, le pido a ella. Dibújame soñando contigo, hablando contigo, sintiendo el frío contigo. Dibújame abrazándote, y déjame sentir desde tu piel de piedra, que hasta las piedras se sonrojan al poder querer, al saber querer, al ser mi querer. 
Sed de dibujar, sed de ser dibujada. Al igual ocurre con la famosa fábula del 'Querer y ser querida', y sin embargo, me limito a buscarte en un retrato. 
El retrato de una fantasía. El retrato de la chica que amaba a la luna.

Y ya allá a las doce y pico de la madrugada, en medio de un sueño, me encuentro aquí, o tal vez allá.


















-Benavente.

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