viernes, 23 de mayo de 2014

6.

El despojo del ser humano, una piel que oculta lo que en realidad somos.

La rabia oculta tras varias capas de piel, y como el ozono con su dióxido de carbono, los sentimientos están repletos de naúseas. Cuesta creer que ya no queramos ver. 
Ahogándonos entre masas de ignorancia, perdemos el control, y lo que es más, el sentido de la verdad. 
¿Qué sentir cuándo las olas de incertidumbre te llevan mar a dentro? ¿Qué sentir cuándo la corriente no te deja volver al punto de partida? 
Una frustración que no deja hueco ni cabida para pensar. Bloqueo mental que deja a las neuronas en un blanco estado de coma, es por ello que son un fácil blanco para que los pájaros vengan y las coman.

Celo a modo de parches si suspiramos, alcohol a modo de néctar inyectado en las heridas más profundas, gritar a pleno pulmón a modo de anestésico. Más no podemos seguir ni aquí, ni así. Cambio a modo de cambio, paulatinamente e increpando. 
Camino porque si no camino, este estanque y sus peces se alimentarán de mis enemigos restos. 
Ni ese dios del que hablan podrá salvar a las cenizas en llamas, cuando ya abatidas, contienen su drama. 
Somos frágiles pero consistentes piezas de un diafragma, que día a día, tropieza con la disolución del magma. 
No somos soluciones de rompecabezas, y nos rompemos la cabeza con tal de estar así serenos. Aunque ni las sirenas nos calman; ojalá todo fuera tan sencillo como embelesar a marinos y piratas. 

El despojo del ser humano, una piel que oculta lo que en realidad somos. 

Márchense ya si lo que buscan es un paradigma de claridad. La oscuridad nos ha tomado, y no se pueden cruzar infiernos sin cometer asesinatos. 



-Benavente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario